Sin duda la lobina es el animal más popular en el mundo de la pesca en agua dulce. Conocida por su voraz apetito y por ser un tanto impredecible, la lobina es el objeto de sueños e ilusiones de miles de pescadores alrededor del mundo. A continuación te presentamos datos curiosos e información genérica sobre este maravilloso animal con el fin de enriquecer tu conocimiento. Esperamos sea de tu interés y utilidad.
La lobina es un animal de sangre fría, lo cual significa que su temperatura corporal y metabolismo es regulado en gran medida por la temperatura del agua en la que ésta se encuentra. Esto tiene grandes implicaciones para ti como pescador ya que la temperatura del agua deberá ser un factor muy importante a considerar a la hora de desarrollar tu plan de pesca para el día en curso. Las aguas frías disminuyen el metabolismo de la lobina haciéndola letárgica y sin muchas ganas de comer ni moverse demasiado. Por el contrario, cuando al agua está caliente, el metabolismo del animal se acelera, lo cual le produce más hambre e incrementa su nivel de actividad considerablemente.
Frecuentemente se piensa que, debido a que la lobina carece de párpados no tiene la capacidad de regular la intensidad de la luz que le llega a los ojos simplemente entrecerrando los mismos, lo cual es cierto. Sin embargo, la lobina si es capaz de regular la luz que le llega a las células foto receptoras debido a que la cantidad de pigmento negro que rodea a los foto receptores es mayor. Debido a que los ojos del animal se ubican a los costados, el campo de visión periférica de la lobina es de 180 grados, es decir, mucho mayor que el de los humanos. Cabe señalar que las lobinas tienen algunos puntos ciegos principalmente directamente arriba de la cabeza y uno más pronunciado atrás de su cuerpo, hacia la cola.
La lobina pertenece a la familia del pez luna (sunfish), la cual consiste de más de 30 especies distintas de peces. Aunque la especie de lobina denominada Florida sea quizás la más conocida, existen nueve distintas especies: Alabama (micrópterus Henshalli), Guadalupe (micrópterus reculli), Boca Grande (micrópterus salmoides), Boca Chica (micrópterus dolomieu), Ojo Rojo (micrópterus coosae), Shoal (micrópterus cataractae), Florida (micrópterus floridanus), Manchada (micrópterus punctulatus) y Suwanee (micrópterus notius).
La lobina no siempre muerde por hambre si no por reacción. Este animal se considera muy temperamental y curioso entonces las lobinas pudieran atacar para defender su territorio, eliminar una amenaza, por simple curiosidad o por competencia. La lobina no mastica a su presa si no que la inhala empezando por la cabeza, no por la cola.
Curiosamente, la lobina hembra llega a alcanzar tamaños mucho mayores que los machos, los cuales raramente sobrepasan las 14 pulgadas. Durante sus primeros años de vida las lobinas tienden a juntarse en grupos conocidos como escuelas. Sin embargo, al alcanzar más o menos las cuatro libras, este comportamiento comienza a cambiar y los animales comienzan a separarse en grupos más pequeños. Con el paso del tiempo la lobina se vuelve más territorial mucho más precavida y no es poco común que ya de adulta ande sola. Además su preferencia por aguas profundas se acentúa, utilizando las áreas bajas por espacios muy cortos de tiempo cuando se llega la hora de comer o bien, obligada por las exigencias de su ciclo natural como lo es el desove.
La lobina cuenta con un sentido sensorial muy interesante: Su línea lateral la cual se compone de dos partes, una que reside en la cabeza y otra que recorre ambos costados y llega hasta la cola. Esta linea le permite a la lobina detectar pequeñas vibraciones y movimentos de agua causadas por el movimiento o desplazamiento de sus presas. Una vez detectada la ubicación de su presa, la lobina hace uso principalmente del sentido de la vista para discernir si lo que tiene enfrente es comestible o no.
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